Historias de feria


Ésta es de las primeras veces, si no la primera, que disfruto al máximo de la feria de Sevilla. Y en calidad de interviniente casi al 90% de todos sus días y casi todas sus horas hábiles, os voy a escribir con un poco de graciejo sevillano y otro poco de ironía sobre nuestra feria, concretamente sobre ésta del 2012:

Comienza to ante de empezá,

pero sin domingo no hay lune.

De rodilla tuve que rezá

pa que mi chaqueta no se esfume.

Nunca tuve luce

y menos las voy a buscá,

las niñas se dan de bruce

pa hacé la espantá.

En Sevilla no hay macho galante ni guapo

pero morenas una jartá

más guapas que to esas

que rehusan de los de atrás.

Metres y metros

que a poco se atrancaban

la gente como espectros,

por las calles furulaban.

Llevo una feria de amores,

amigos y reencuentros.

No te regalé flores

pero sí sentimientos.

No pudiste apreciarlo,

por no entendé de amó

morena de mi corazón.

El alma me dolía,

la alegría alergia me tapaba la boca,

deambulando por el real moría

mi cabeza se volvía loca.

«Come tortilla gollipona y disfruta»,

gracias al  hombre con corbata y bigote al viento

que me dijo, «¡Esputa!»,

haciéndole caso recuperé el aliento.

Bailé con niña salerosa, que no sosa,

sevillanas en la muchedumbre,

también con mi prima hermosa

y su gente de cumbre.

Ya estoy casi al fin,

de esta ristra de locura

concretando este sin fin

de locas y caradura.

Conclusión de la feria,

perdí lo que creía ganao

conocí gente seria,

y el fuego fue apagao.

«Y cuando vuelva a Sevilla en primavera, me embriagaré de jazmines y azahares… o manzanilla sanluqueña. Me enamoraré de una niña de Triana… pero renacerá en mi alma la alegría cuando vuelva…»

Javier Losada,  Feria de Sevilla 2012 .