Sin doctrina. Sin regla. Calma. Razón. Sabiduría. Sin meditación.
Existen roles en esta sociedad que simplemente por absurdos, el más tonto de los humanos, mínimo, tendría que preguntarse el por qué. No tiene ningún sentido la línea que ha de seguir un rol de amor, o un rol en relación fugaz. El estado que te ha tocado vivir no es elegible, pero sí el rol que tomes (que no será sólo uno en tu vida) que será decisión tuya.
Hablemos de un rol interesante en la sociedad y que tal como está establecida es una verdadera plancha encima de las personas que conozco, puesto que yo aún tuve la suerte de no vivirlo sobre mi piel. El rol de la pareja en esta sociedad: no tiene punto de comparación a cualquier otro papel que te pueda tocar representar en el teatro de los días que te queden por respirar, creo profundamente que afecta a los estados y palabros más importantes que los humanos poseemos como son libertad, dignidad y comprensión, aún más profunda falta le encuentro al respeto. Sigamos con esto, el rol del amor, un macabro juguete amargo que supura hiel por todas las extremidades, un rol que debemos vivir.
Mi rol como pareja: creo que te poseo, por más que miro tú eres mía y ni mil canciones pueden comprometer este pensamiento. Hoy tú ya no eres libre sino que para no perderme tenemos un pacto, me afecta lo que hagas, pero no lo que hagas conmigo sigilosamente, sino todo lo demás inclusive lo que nada conmigo tenga que ver, hoy ya no podrás hacerlo. la sociedad dice que no, y hablo de la sociedad como pensamiento global, como generalización de una persona. También te comprometo el respeto, porque ya no te dejo reír, ni te dejo desarrollarte como persona, tampoco como amiga ni como directora de tus propios deseos. Te hago triste y mía, y eso te alegra. Porque es tú nuevo rol. Igual que el mío. El que nos hace feliz, del que hoy hemos decidido pórque diablos sabe qué deseo interno y oculto estar juntos. Y ya ni eres tú ni soy yo. A aguantar. Pero lo bonito que vivimos en este nuevo rol nunca jamás lo hubiera pensado vivir. pero hoy sé que sí. Ingenua. No es el rol del amor del que hablo, si no del rol de la pareja aquí en España (y otras culturas). Porque gracias a Dios el amor no es lo que aquí se vive, eso no es amor. Eso es control. Y si te controlo y me controlas todo irá bien. Por lo menos ojalá nunca yo lo viva de esa forma. Yo quiero amor de verdad, un amor sin control, sin reglas, sin prohibiciones inhibidas y sí un amor donoso, complaciente y en definitiva un amor libre como parte de una relación.
Y no una rolación de amor.
Continúo. Otro rol aún más impresionante no por su repercusión en las demás personas como el anterior sino por daño propio, es el rol de puritano/a, y no hay más que me duela sobre una persona que trata de llevarlo in extremis hasta el punto de la locura idiota angelical. Los/as chicos/as de candados de castidad, los/as que se masturban nada más estar a solas, los/as que creen que ofreciéndose como putos/as santos/as ante mí no me voy a dar cuenta de su tristeza de su putez absoluta ante el sexo. Reprimidos frígidos tristes cobardes. A ver si hacéis algo para alimentar vuestras vidas, algo de verdad.
El rol del sociopata. Es aquel que adoptamos para cuando nos obsesionamos que la felicidad o la cordura llega cuando estamos todo el santo día relacionándonos o viviendo-compartiendo nuestras historietas en sociedad. Y puede que no les falte razón. Pero joder, ¿tengo yo dinero para ser sociable?. La puta estafa de las cafeterías y centro de reunión que nos hacen creer que tomar un café acompañado es mejor que sólo. ¡Sus cuernos metidos en café molido!.
Rol de día especial. Putos días especiales: cumpleaños, santos, san valentines, y otros pormenores…no hacen más que acentuar que tu vida, sólo se vive a trozos, sólo impera la cotidianedad. En eso envidio a Alicia en el País de las Maravillas, siempre celebran el No-Cumpleaños y un día sólo es el no especial.
Feliz día de hoy, muchacho/a.